Soledad, definida como la carencia
voluntaria o involuntaria de compañía, el espacio entre nuestro estado natural de individualidad
y nuestra búsqueda de validación personal en el otro; a veces sutil, a veces
desgarradoramente cruel, quizá elegante según la forma de fluir en la oscuridad
con nuestra mirada buscando algo de luz.
Para mí a veces significa un
estado de color neutro: capaz de darme conciencia, fineza, claridad, paz, una
tierna rusticidad para convivir con el resto, misticismo poético, musicalidad con
sabor a nostalgia clásica (esa que inspiro el nacimiento de la música en los
60). Y otras veces en pocas palabras simplemente es el reflejo de lo miserables
que en ocasiones podemos llegar a estar.
Sin importar las definiciones lo
importante es todo aquello que la soledad puede arrastrar: introspección,
inspiración, tristeza, reflexión, caos en estado puro, obsesión, necesidad reflejada
en desesperación, sonrisas añorando
memorias y personas. La soledad es una mujer desnuda enseñándote a crecer.
Y en el fondo de la crisis de
papel y cuerdas, la soledad se vuelve ritmo, ese habito de pensar hasta donde
las habilidades permitan no es tan saludable como debería ni siquiera como
parecería nos vuelve compulsivos sujetos al error y a la obcecación.
En medio de esta, mi soledad, les
deseo un feliz año 2013 con mis mejores deseos, y esperando que este haya sido
un buen año para crecer.
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