No puedo
evitar a veces detestarte,
rasguñar tu
nombre y morder suavemente
el tono de
tu existencia en mi pecho.
El mal es un
color, una melodía
una forma,
es arte;
una línea
que deforma las fronteras
Hay un
titilar grotesco entre los espacios
que no dejan
de figurar en mis leyes,
normas
rancias hechas de pudor y hueso.
En ocasiones
enmudezco por completo
me convierto
en insecto, bicho,
criatura en
extinción, un niño perdido.
Levantando sospecha
a cada momento
bajo la
piedras, en el espacio,
bajo el
agua, con el cuerpo desgastado.
No puedo
evitar a veces detestarte y detestarme
por no
rasguñar tu nombre y morder suavemente
tu existencia
en mi pecho.