lunes, 31 de diciembre de 2012

Soledad


Soledad, definida como la carencia voluntaria o involuntaria de compañía, el  espacio entre nuestro estado natural de individualidad y nuestra búsqueda de validación personal en el otro; a veces sutil, a veces desgarradoramente cruel, quizá elegante según la forma de fluir en la oscuridad con nuestra mirada buscando algo de luz.
Para mí a veces significa un estado de color neutro: capaz de darme conciencia, fineza, claridad, paz, una tierna rusticidad para convivir con el resto, misticismo poético, musicalidad con sabor a nostalgia clásica (esa que inspiro el nacimiento de la música en los 60). Y otras veces en pocas palabras simplemente es el reflejo de lo miserables que en ocasiones podemos llegar a estar. 
Sin importar las definiciones lo importante es todo aquello que la soledad puede arrastrar: introspección, inspiración, tristeza, reflexión, caos en estado puro, obsesión, necesidad reflejada en desesperación,  sonrisas añorando memorias y personas. La soledad es una mujer desnuda enseñándote a crecer.
Y en el fondo de la crisis de papel y cuerdas, la soledad se vuelve ritmo, ese habito de pensar hasta donde las habilidades permitan no es tan saludable como debería ni siquiera como parecería nos vuelve compulsivos sujetos al error y a la obcecación.
En medio de esta, mi soledad, les deseo un feliz año 2013 con mis mejores deseos, y esperando que este haya sido un buen año para crecer. 

Desafio


Mi arte nació de la suposición; de la adicción a la duda,
de la perturbación por  la duda, del desequilibrio de la duda;
probablemente  también de esas manchas de  ritmo
que se desprenden de la vida al cambiar de objetivos.
Me encuadre en  líneas y rimas, en los lazos de la sintaxis
y  una estructura semántica impropia para el color de mi alma
algún laberinto literario me confundió en mas de una ocasión
y  así nació un pequeño hormigueo parecido a la duda llamado amor.
En ocasiones incluso hoy la generalidades son capaces de atraparme
de hacer que desconfié  de cada patrón arquitectónico  de la psiquis,
buscando encontrar la  dosis correcta de paranoia y obsesión,
Ese es mi desafío; no entregarme a las banalidades  compulsivas
de amar y ser amado, o de sentirme importante y comprendido,
tampoco  de  la pretensión de rareza e incomprensión;
o  alguna de esas antítesis de lo común que flotan en la conciencia social
Al fin y al cabo tan solo somos resultado de procesos y procesos de futuros resultados.

Durante los ciclos torpes de mi introspección  a veces puedo encontrar alguna respuesta útil:
en está ocasión las líneas conectadas por suaves movimientos entre materia e irrealidad le dieron a mi 
mi cabeza la sensación de algo parecido al síndrome de Strangelov

Navidad


Más allá de los porqués , los peros  y las cosas que en estas fechas a veces nos deprimen a algunos; es bueno sentir que no estamos tan solos; que en medio de tantos vacíos tenemos un beso, un abrazo , un "adelante amigo confiamos en vos, "  un "somos los dos" , la simplicidad de mis pies desnudos flotando en el esquivo matiz del frío y verme meditando en mi habitación en medio de la festividad eso me hace poner un poquito en orden eso de la repetitividad de la alegría , de esos espasmo en la existencia conocidos como  felicidad.

Para ser sincero no podría decir con exactitud en que momento empezó mi aberración a mi propia humanidad, mi rechazo  al ser, al deber, al valer; a todas esas cosas con las que aprendí a crecer y que ahora dejaron en mi solo un sabor a creencia distante y esquiva, un cansancio irrepetible en búsqueda de alguna respuesta capaz de hacerme sentir bien.

Sentirme Vivo


A veces el cerrar los ojos  y sentir que no pertenezco a la realidad me hace sentir tan vivo,
es un forma tan extraña de saber que la existencia es un papel vacío
flotando en el viento, buscando algún espacio en el cielo…..
El calor del sol y la humedad de la lluvia.
A la larga todos buscamos un poco de ese estrujamiento, esa forma de romper
cada rasgo de equilibrio, eso me hace sentir tan vivo.


Sentirse vivo para mi es ceder ante el odio, ante el movimiento histriónico de mis manos
en conjunto a cada pausa de mis pensamientos.
Mis enfermedades, mis depresiones, el ardor profundo del desorden metido en el cuerpo
por hoy diré que me da asco el coqueteo y la fantasía
de un nuevo orden, de un esnobismo hecho entre raíces y copas;
un minuto, tan solo me queda un minuto.