lunes, 31 de diciembre de 2012

Desafio


Mi arte nació de la suposición; de la adicción a la duda,
de la perturbación por  la duda, del desequilibrio de la duda;
probablemente  también de esas manchas de  ritmo
que se desprenden de la vida al cambiar de objetivos.
Me encuadre en  líneas y rimas, en los lazos de la sintaxis
y  una estructura semántica impropia para el color de mi alma
algún laberinto literario me confundió en mas de una ocasión
y  así nació un pequeño hormigueo parecido a la duda llamado amor.
En ocasiones incluso hoy la generalidades son capaces de atraparme
de hacer que desconfié  de cada patrón arquitectónico  de la psiquis,
buscando encontrar la  dosis correcta de paranoia y obsesión,
Ese es mi desafío; no entregarme a las banalidades  compulsivas
de amar y ser amado, o de sentirme importante y comprendido,
tampoco  de  la pretensión de rareza e incomprensión;
o  alguna de esas antítesis de lo común que flotan en la conciencia social
Al fin y al cabo tan solo somos resultado de procesos y procesos de futuros resultados.

Durante los ciclos torpes de mi introspección  a veces puedo encontrar alguna respuesta útil:
en está ocasión las líneas conectadas por suaves movimientos entre materia e irrealidad le dieron a mi 
mi cabeza la sensación de algo parecido al síndrome de Strangelov

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