jueves, 14 de febrero de 2013

Revolución

Conocí una mujer, capaz de encender en mi, nuevos besos,
pensar en la primera vez de su existencia en mi universo
hasta hoy constituye un misterio,
que se alimenta con el paso del tiempo.

Probablemente en ese instante para ninguno significo tanto;
sin embargo años más tarde se cruzó su carne en mi llanto
y una especie de locura y endorfinas
ataron y desataron nuestras vidas.

Hay instantes en los que nuevamente la amo,
otros me cae mal, y entre espacio y espacio
renace nuestra revolución.

Una revolución hecha de pies descalzos y comida rápida,
de carnavales y sarcasmo, de su natal Guaranda,
de nuestros secretos y pecados.