jueves, 15 de mayo de 2008

Miedos

El temor que envuelve nuestras miradas ha vestido de negro la cobardía
la ha convertido en un llanto oculto entre sombras que lamentan los minutos renacer, morir, claudicar ante la fe de recuerdos que pelean contra los segundos futuros, reposando en un castillo de anarquía, soltar a la brisa que golpea los cuerpos quemaría las ideas que bañaron mi pasado en llagas furtivas, resentidas y frívolas que divagan en los sentidos indolentes que lloran, ceder por las miradas cobardes que evaden nuestra voz de injusta sanción por el silencio que se siente al recordar errores y fallas del pasado, enmarcadas en una espada sin filo, encerrados en las voces de los caballeros “sacrosantos” , de monjes hipócritas que obedecen sus mentiras que liberan legiones de bufones amargados de, almas libertinas que quieren decir algo y callan por el miedo , ahogamos nuestras palabras por espejos prejuiciosos que venden tu conciencia, que hacen que repliques tu esencia ,lloras por tus cadenas de papel, quemas nuestras palabras por ideas caprichosas, nos encierran en la cárcel de “ plastilina ” resguardada por un César forastero ahogado en leyes de lienzo lúgubre que condena a siervos de la juventud por el karma de la edad, que pecan de estupidos al provocar sin motivo con sus risas joviales a los caballeros sacrosantos que sin dudar condenan a una guillotina mental, bucólicos sarcásticos que no entienden y se mofan de su error caen mil veces con la misma piedra , y se creen eruditos por haberla evadido una vez ,ustedes que lloran por ustedes , y ríen de los demás yo reiré ante ustedes no por burla o alegría simplemente porque quiero, porque somos nuestros verdugos somos los que caemos pero también somos los que empujamos y ponemos el pie somos verdugos y condenados , esclavos y capataces , somos los que decidimos decir algo y pensar distinto para algunos solo somos piezas, pero debes sentir cada segundo podemos elegir renunciar es tu decisión si te equivocas igual aprenderás no tienes nada que perder renace del error en lugar de lamentarte y sentarte a descansar

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